Este mes ha comenzado el proyecto «Educación para el siglo XXI: prosperar, competir e innovar en la era digital», una iniciativa conjunta de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para apoyar el tránsito de los sistemas educativos de la región hacia modelos híbridos, más innovadores e inclusivos. El proyecto, que inicialmente se ejecutará en siete países iberoamericanos —Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, El Salvador y México—, tendrá por objetivo contribuir al desarrollo de sistemas digitales fuertes para que estos países puedan asegurar su continuidad educativa, afectada a partir de la irrupción de la COVID-19 desde el año pasado.

 

El proyecto ha comenzado ya sus primeras actividades con la puesta en marcha de un taller que se ha realizado en México, y que durante dos días ha puesto el foco en los desafíos de la educación híbrida en zonas rurales en ese país, dirigido a autoridades nacionales, instituciones educativas y sociedad civil. Según la Encuesta nacional sobre disponibilidad y uso de tecnologías de la información (2020), en México la mitad de la población rural no cuenta con acceso a conectividad y, además, se estima que hay 44,4 millones de usuarios de computadora, lo que representa solo el 38% del total de la población mayor de 6 años.

En ese sentido, el proyecto buscará replicar estas primeras experiencias adquiridas en México y llevarlas a los países seleccionados, prestando especial atención a la alfabetización digital de población vulnerable de zonas de difícil acceso, así como de áreas urbanas marginadas. El proyecto contempla la puesta en marcha de a menos dos pilotos que serán el punto de partida para el diseño de experiencias similares en el resto de la región.

Para Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, los sistemas de educación en América Latina y el Caribe «han tenidos pocas transformaciones estructurales y aún preparan a los estudiantes para los trabajos del siglo pasado», por lo cual, el desarrollo de modelos que apunten a formar nuevas habilidades en el mundo digital «es indispensable». Asimismo, en un reciente diálogo organizado por la OEI y el BID, Jabonero aseguró que «la digitalización puede traer beneficios para superar el mundo de las materias primas en América Latina», haciendo énfasis que «en una sociedad del conocimiento, hay que apostar por competencias más cualificadas y de capacidad de innovación».

Por su parte, el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, resaltó en el coloquio que «el mejor talento del mundo está en América Latina y el Caribe», al tiempo que aseguró que para desarrollarlo «solo es cuestión de contar con las condiciones». También, Claver-Carone señaló que «no debemos subestimar este momento histórico de la cuarta revolución industrial y lo que significaría para la educación», ya que, en sus palabras, «para que el futuro sea sostenible tiene que ser de la mano de la educación, lo que nos permitirá llegar al próximo paso: el de la infraestructura digital».

«Educación para el siglo XXI» es la apuesta de ambas organizaciones para fortalecer los sistemas educativos iberoamericanos de cara a las exigencias del mundo actual, en una región donde al menos 77 millones de personas no tienen acceso a internet de calidad en áreas rurales, según cifras del BID. Así, esta iniciativa se enmarca dentro del Programa regional de transformación digital educativa que lanzó la OEI el pasado 16 de noviembre, y que cuenta con el apoyo financiero y logístico de organizaciones como el BID, CAF, AECID o Profuturo. Bajo este programa, la OEI movilizará recursos y capacidades para desarrollar modelos híbridos de educación con el horizonte puesto en los objetivos que marca la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.